Lentos, pero que muy lentos: la versión 4.0 de Capture One sale al mercado demasiado tarde para hacer frente a su competencia. Y mantenerme como cliente.
Un poco de historia: Capture One de Phase One, el fabricante de respaldos digitales para cámaras de medio formato, es un software de procesado de ficheros RAW. Cuando en el año 2000 comienzan a aparecer las primeras cámaras digitales reflex, la apuesta de los fabricantes es introducir el formato RAW, como negativo digital. Perfecto, pero el problema desde el momento siguiente, es la escasez y lentitud de los programas que descodifican el RAW y lo exportan a un fichero estandar: jpg o tiff.
La aparición de Capture One establece un punto de inflexión. Por primera vez había una alternativa seria y de calidad, aunque lenta sobre soft OS X, para gestionar los ficheros RAW. Desde el 2002 ha sido mi primera elección junto con iView para gestionar mis necesidades de procesado y catalogación.
Y estaba yo más feliz que un regaliz, hasta que entra en escena Aperture de Apple, la solución «todo en uno», esto es, procesado y catalogación en un único software. Piqué, me compré una licencia y empecé a trastear, con bastante desconfianza en el resultado que podía obtener. Eso fue diciembre de 2006. Una año después, de Aperture ya no me mueve nadie.
¿Por qué? Hay varias razones:
1.- Lo del «todo en uno» hay que probarlo para apreciarlo:
Ejemplo típico de «workflow» con Capture One: descargar fotos en RAW > importar a iView> renombrar y seleccionar > guardar catálogo > importar de nuevo en C One > ajustar las fotos > terminar de seleccionar > exportar los jpgs y tiffs a nuevas carpetas > importar esas carpetas en iView > catalogar > guardar los catálogos > archivar en discos duros y DVD’s.
Ello me obligaba a llevar una «doble contabilidad» teniendo que crear, catálogos para el RAW y para lo exportado. Además cuando quería enseñar las fotos, tenía que crear un catálogo adicional, de fotos en baja resolución que tenía que llevar conmigo en el portátil, ya que iView no generaba previews: esto es, para mostar las fotos a un tamaño de pantalla, tienen que estar físicamente a bordo. En total tenía que generar tres tipos de catálogos con las mismas fotos, en diferentes estadios.
El mismo ejemplo de «workflow» con Aperture: > descargar fotos en RAW > importar > catalogar > renombrar seleccionar > ajustar. No hace falta exportar salvo que quieras subir fotos a Flickr o tengas que enviarlas. De hecho, Aperture te facilita el mostrar las fotos en RAW, con los ajustes realizados, como si fuesen jpgs o tiffs, ya que hace las veces de catalogador y procesador de RAW. Y las copias de seguridad pueden ser hechas de igual manera, con la ventaja de que ahora sólo te tienes que preocupar de la base de datos de Aperture, la librería.
Importante ahorro de tiempo y de tareas, pero sobre todo desaparece la «doble contabilidad». Las fotos pueden tener preview con lo que no hace falta llevarlas en el portátil para enseñarlas: puedes tenerlas a salvo en discos duros externos y ahorras espacio en el ordenador. Pero sobre todo no te vuelves loco creando, manteniendo y guardando, varios catálogos.
2.- La calidad importa, pero el ahorro de tiempo es vital:
C1 me ha generado tifs de mayor calidad, siempre. No así los jpgs. Sin embargo, esa impresión me duró lo que tardé en darme cuenta de que la foto final una vez impresa apenas tenía diferencias de calidad entre una y otra. Sólo en pantalla y mirando pixel a pixel las diferencias existen. Como ese no es mi caso, no soy un «pixelpeeper», las marginales diferencias en calidad, son inapreciables. Sin embargo cuando pruebas la velocidad de trabajo con la solución Aperture, no hay marcha atrás. En mi caso al menos
3.- La versión 4.0 de C1 me obliga a pagar:
Manda huevos: les compré el soft cuando valía un potosí, he aguantado todas las versiones de prueba y ahora que están perdiendo mercado, ¿van y me cobran? Oficialmente tengo la posibilidad de actualizarme a coste cero, pero en la práctica, no puedo…
4.- Soy de Apple hasta los huesos:
Llevo usando Macintosh desde el año 93, no soy precisamente un switcher. Me gusta el entorno, me resulta muy productivo y Aperture encaja a la perfección con el resto de herramientas. Así que en mi caso «miel sobre hojuelas».
5.- No pienso seguir cambiando:
Todo tiene un límite y el mío lo he rebasado. Pensar en seguir siempre en la eterna prueba de software nuevo me mata. Además cuando has procesado un buen número de fotos, ya no te planteas andar cambiando eternamente: buscas estabilidad, por lo menos un buen número de años. Tengo la percepción de que Apple apoyará Aperture, como lo hace con el resto de su software profesional, así que un motivo menos de preocupación (con reparos, claro).
En definitiva, adiós a una de las herramientas que más me han gustado en el pasado, que he estado utilizando durante 5 años, pero cuyos desarrolladores no han sabido o no han podido seguir el ritmo que el mercado les ha impuesto. Seguirá siendo el software de nicho para las herramientas de Phase One, pero me temo que entre Lightroom y Aperture le han hecho la cama.