Entradas de noviembre 2011

Duelo de mochilas: Benro B 400 contra Lowepro Fastpack 250; interior

Continuamos con la segunda parte del «Duelo de mochilas: Benro B 400 contra Lowepro Fastpack 250» esta vez centrado en el interior y la capacidad de almacenaje de estos modelos.

Espacio superior. Lo primero que salta a la vista es el diferente planteamiento que ambos fabricantes han realizado. Benro ha optado por una configuración 33/66 y Lowepro por una 50/50 de tal modo que el espacio que la Benro proporciona es amplio, pero menor que el de la Lowepro. Y eso condiciona que podemos guardar en él.

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Duelo de mochilas: Benro B 400 contra Lowepro Fastpack 250; exterior

¿No estáis en busca de la bolsa perfecta siempre? Yo sí, reconozco que es de esas piezas del equipo que cuando das con la que crees perfecta, redondea la sensación de tenerlo todo bajo control. He tenido varias mochilas que cuando las compré me parecían la respuesta a mis plegarias. Sin embargo, los fabricantes, gente muy avispada, están siempre presentando el modelo perfecto. Lo malo de bolsas y mochilas es que suelen estar hechas de nylon balístico, lo cual sumado a que el uso habitual de los aficionados es limitado, redondea que no se rompan nunca. En otras palabras, termina uno comprándolas y almacenando las antiguas, porque no están «para tirarlas».

Ahora mismo estoy rebuscando en el mercado para encontrar la que colme mis aspiraciones. A saber: que permita llevar un portátil de 13″ y el equipo que me gusta llevar a una escapada de máximo una semana y que, además, puedas acceder a la cámara y al equipo sin tener que hacer demasiados contorsionismos. Con la llegada de las aerolíneas «low cost», introducir a bordo más de un bulto es en la mayor parte de ocasiones imposible. Todo ello hace que si quieres volar con el equipo en cabina, una de estas mochilas sea la solución para poder transportar «contigo» el equipo que nunca se debe facturar.

Gracias a Casanova Foto que me ha facilitado los dos modelos para probarlos en Enfocando, he tenido acceso a dos mochilas con el mismo objetivo, pero con ejecución distinta: Benro B 400 y Lowepro Fastpack 250. Ambos modelos tratan de dar respuesta al punto de partida: transportar en un sólo lugar una gran parte de equipo, desde lo fotográfico a lo informático.

Lowepro es un fabricante bien conocido, con una variedad muy grande de modelos y estilos de bolsas. Yo he tenido varias bolsas de costado y siempre me han parecido de gran calidad y resultado. La familia Fastpack con 3 modelos lleva tiempo en el mercado. Y se pueden encontrar una gran variedad de pruebas al respecto. Benro es un fabricante chino conocido entre los aficionados por sus trípodes, clones de los Gitzo a un precio competitivo. Sin embargo en internet es difícil encontrar información sobre sus bolsas y mochilas. Y en España no sé si hay otro distribuidor aparte de Casanova Foto.

¿Cómo son estas mochilas? ¿Qué cabe dentro? ¿Son cómodas?
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»Categorías: A prueba, Producto

Días de vino y alojamiento web

Ayer día 16 Arsys, el servicio de alojamiento donde tengo este blog, sufría una «caída» y durante unas horas no ha estado funcionando. Lo peor es que a pesar de pagar un servicio extra de backup incremental no estaban los archivos más que hasta el 27 de septiembre.

Gracias al equipo de Pyms he sido capaz de recuperarlo todo, pero los que me seguís por RSS notaréis que posiblemente se han publicado borradores y algún contenido os llegará como duplicado. Aceptad mis disculpas por ello.

Ahora a seguir escribiendo ;)

»Categorías: Mi fotografía

Las fotografías que tienes cerca de ti

Me gustan muchos de los ebooks que se publican en Craft & Vision. Un lugar que descubrí en 2010 y al que acudo con frecuencia a comprar novedades. Reconozco sin ruborizarme, que soy de los que me gusta pagar por el trabajo que otros realizan.

Este ejemplar, «Close to Home» de Stuart Sipahigil es un libro particularmente inspirador en una manteria sobre la que yo he reflexionado en otras ocasiones en Enfocando: las mejores fotografías pueden estar no muy lejos de tu residencia habitual.

Somos los humanos unos seres con tendencia a creer que la hierba es más verde al otro lado de la valla. Añoramos viajes fantásticos para poder desplegar nuestra capacidad fotográfica como nunca antes habríamos sido capaces. Sin embargo a la vuelta de una oportunidad así la realidad nos suele volver a poner a ras de suelo, lejos de la nube en la que nuestra imaginación nos había elevado: las fotos realizadas pueden ser igual de buenas (o malas) que las que hacemos a diario. Eso sí, con motivos llamativos por lo poco vistos.

La fotografía es básicamente aquello que cada cual quiere que sea, sin necesidad de complicarnos. Pero cuando buscamos «elevar» nuestra capacidad fotográfica, hay consideraciones básicas que tener en cuenta:

La técnica SÍ es importante. Por más que los fabricantes se arroguen la responsabilidad de crear cámaras fáciles de usar, conocer y dominar la técnica nos dará libertad para conseguir mejores resultados. De lo contrario nuestras fotos serán como las de los demás, ya que es el fabricante el que dicta que se puede conseguir.

La práctica conduce a la virtud. Como en casi toda actividad humana, practicar, reflexionar sobre lo obtenido y actuar en consecuencia para mejorar nos hará mejores fotógrafos. Por ende, la constancia será otro de los elementos a tener en consideración. Arrancar hoy para abandonar mañana, se convertirá en fuente de frustración.

Poner fácil la práctica será primordial. Si sólo practicamos cuando salimos de viaje y esto ocurre en contadas ocasiones, las malas noticias son que no tendremos interiorizado no ya el manejo del equipo, si no la visión para conseguir encuadres y detectar oportunidades.

Nada más fácil para practicar que el lugar en el que vivimos. Es de sentido común que donde más tiempo pasamos sea el lugar ideal para practicar. Nuestro propio hogar, el parque al lado de nuestra casa, los edificios que componen la ciudad, las personas que pueblan nuestro entorno…

Ansel Adams realizó muchas de sus fotografias junto al lugar al que vivía. Tal vez por eso tenía una opinión muy clara: «Sólo tienes que vivir y la vida te dará fotografías»

En Enfocando | ¿Qué te inspira para hacer fotos? 1 y 2

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Benro contra Lowepro, en breve

Los aficionados a la fotografía solemos padecer fetichismos de variado pelaje: por objetivos, cámaras, accesorios… El apartado de las bolsas y mochilas es uno de mis favoritos. En todo este tiempo he ido comprando, disfrutando y sufriendo una buena parte de los modelos que hay en el mercado. Y siempre con un condicionante de partida: la búsqueda de la mochila perfecta.

Tal vez porque llevo muchos años a mis espaldas, la realidad ha conseguido calar en mi mente: la bolsa fotográfica perfecta no existe. Pero esa realidad no me aleja del placer que me proporciona probar accesorios de este tipo.

Y gracias a mis amigos de Casanova Fotografía, estoy probando y comparando una mochila conocida y con tiempo en el mercado, la Lowepro Fastpack 250 y una «insurgente» con la fuerza que sólo puede tener un fabricante chino: Benro B 400. En unos días publicaré mis impresiones y las fotografías que las acompañan.

«Permanezcan atentos a sus pantallas» ;)

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Media flor ¿imagen completa?

Media Flor. Lanzarote – Nikon D3s, 24-120 f4, ISO 400, f7,1, 1/250 – © Juan Luis Polo

El Jardín de Cactus en Lanzarote es aparte de una visita muy recomendable, un lugar para llevar una cámara de fotos y dejar que el tiempo vuele. Un sitio para jugar a uno de los juegos más fascinantes desde el punto de vista fotográfico: captar el detalle.

Lleno de gente, visitable en el horario en que la luz es más plana, tiene las características tradicionales para no poder hacer las fotos en plan académico: trípode, aprovechar la salida o caída de la luz y con tiempo para investigar. Así que hay que «tirar» de buen pulso, velocidades altas de obturación y tomar las fotos tratando que que el resto de los visitantes no nos vean como «el pesado de las fotos» acaparando posiciones.

La práctica conduce a la virtud. Cuanto más practiquemos en lugares que nos son conocidos – ese jardín cerca de casa, por ejemplo – interioricemos la técnica, conozcamos el uso de nuestra cámara y las variantes de encuadre de las diferentes focales, más fácil lo tendremos para llegar a un sitio desconocido y ser capaces de traernos fotos «diferentes». Cuando digo diferentes me refiero a que se distingan de los encuadres más evidentes, aquellos que podemos comprar en formato de tarjeta postal.

Flor completa. Lanzarote – Nikon D3s, 14-24 f8, ISO 200, f5,6, 1/500 – © Juan Luis Polo

En este caso, la flor pedía a gritos aislarla del fondo y encuadrarla para forzar el interés. También pedía subir el contraste para hacer que un fondo que competiría por nuestra atención, no lo lograse. Pero la realidad del entorno era bien diferente como queda patente en la segunda foto. Sólo depende de nosotros decidir qué se verá y que no. Si la elección es medianamente adecuada, tendremos una imagen con la suficiente fuerza como para ganarse un lugar en entre las múltiples fotos que día a día llaman nuestra atención ;-)

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