Queridos Reyes Magos: ¿qué pasa con la Fotografía?

Un Mar Muerto, unos colores vivos. Jordania 2008. @Juan Luis Polo Hernanz

Queridos Reyes Magos, de oriente o de donde quiera que seais:

He sido un fotografo bueno este año. He hecho muchas fotos y he compartido algunas. He mirado las fotos de otros y he dicho «me gusta» a aquellas que me han gustado y a las de mis conocidos, aunque no me hayan gustado tanto. He hablado de fotografía con otros en los foros de fotografía. He comprado alguna cámara y accesorios. He cargado con mi reflex sin rechistar a pesar del peso, cuando he salido con mi familia, para hacer fotos con «esa calidad» que sólo una reflex te puede dar. He sido un firme defensor de la fotografía de verdad, la que todo aspirante a artista defiende y que siempre se ha necesitado un equipo supercualificado para conseguirla. Y he hecho de menos a los que usan sus fotos para presumir de ellos mismos, tomadas con un «smartphone»

Sin embargo, nada es igual. Cada vez se hacen más fotos con móviles; cada vez a menos gente le importa la cámara con que se hizo la foto; cada vez más gente que no había hecho una foto hace apenas meses, es considerado un fotógrafo de éxito por sus amigos; cada vez más gente hace fotos sin tener en cuenta los sacrosantos principios que rigen la fotografía de verdad: encuadre, exposición precisa, revelado sin efectos, ; cada vez más gente…

Queridos Reyes Magos, ¿por qué?

Smartphone o Reflex ¿importa? Loira, Francia 2013 @Juan Luis Polo Hernanz

Es imparable. La fotografía como la hemos conocido, tomada con herramientas que no son otra cosa que la evolución de cámaras del siglo XX, está en proceso de desaparición. Los que nos hemos educado con una reflex de película en la mano somos dinosaurios vagando de un lado para otro, sin mirar al cielo y descubrir esos meteoritos, con forma de smartphone, que a pesar de parecer lejanos, se acercan inexorablemente.Y es un cambio de era.

Hacer una foto y presumir de ella hoy en día es tan fácil, que hay que leerse un libro de historia para descubrir que hace no tanto tiempo se podía tardar una hora en tomar una foto y apenas se conseguía una copia en papel. En un mundo donde la herramienta que siempre llevamos con nosotros, el smartphone, hace por momentos mejores fotos que muchas compactas y además está siempre conectado con la nube, es cuestión de tiempo que sea la «única» herramienta que necesitemos.

Arriba está la perspectiva, Kuala Lumpur, Malasia 2007 @Juan Luis Polo Hernanz

El cambio es de tal calado, que dentro de unos años sólo veremo una cámara reflex cuando un fotoperiodista la lleve colgada al cuello. O en manos de un aficionado con una edad, digamos, avanzada ;-)

Pero los que llevamos años enganchados a una reflex, sentimos que no hay nada comparable si queremos hacer fotografía «de calidad» y por eso cargamos con ella. Sin embargo, cuando esas fotos salgan de nuestro ordenador para compartirlas en un lugar como Instagram, no daremos crédito viendo como apenas consiguen visitas comparadas con fotos inferiores en calidad técnica, pero superiores en aceptación social. El mundo al revés.

De profesión: conductor de tranvía. Lisboa 2010 @Juan Luis Polo Hernanz

Malos tiempos para la industria audiovisual, un sector que se tambalea en el principal indicador: la cuenta de resultados. No hay más que ver los recientes movimientos – el vídeo en la cámara reflex o el nacimiento de las «mirrorless» – como un evidente movimiento de supervivencia. Pero basta grabar vídeo con una reflex para descubrir lo poco amigable que es la herramienta, diseñada para hacer fotos en realidad.

No, nadie ha dado todavía con el diseño de cómo serán las cámaras a partir de ahora, cuando muchos fotógrafos ponen primero conectividad que calidad, pero es evidente que algunas marcas están apretando el acelerador, viendo la avalancha de modelos que el 2013 ha deparado.

¿Cómo será hacer fotos cuando en el móvil haya control real de apertura, velocidad, ISO, enfoque diferenciado de exposición, capacidad de interpolar con alta calidad el zoom digital sin necesidad de que tenga que ser óptico?

Sirios en paz. Aleppo, Siria 2007 @Juan Luis Polo Hernanz


Sonará a ciencia ficción, pero es sólo cuestión de software
… ya disponible. Y si no está en nuestros smartphones ya es porque el lobby de los fabricantes de cámaras es poderoso. Nadie quiere romperle el negocio a otro, pero entre que a la mayor parte de los fotógrafos actuales les vale la calidad que obtienen en sus fotos con el smartphone – inmediatez para compartir antes que calidad – y que los propios fabricantes exploran nuevos dispositivos cada vez más compactos y de menos peso, el resultado está garantizado. A pesar de que no hay fecha.

Yo disfrutaré cada minuto con mi pesada cámara reflex, con sus objetivos y toda la parafernalia que rodea la fotografía que aprendí cuando era muy joven. Se me hace difícil hacer fotos sin ella. Pero sé que tendré que hacer un esfuerzo para no ser como uno de esos viejos refunfuñando porque «la gente joven ya no sabe hacer fotos de verdad».

Queridos Reyes Magos, la que habéis preparado con la Fotografía ;-)

Tenía 15 años cuando cogi por primera vez la cámara de fotos de mis padres, una Agfa de telémetro. Me dejaron hacer unas fotos y días después acudi a recoger las fotos reveladas. No lo sabía, pero acababa de nacer una afición que me sigue fascinando desde hace 30 largos años, en los que no he parado de captar imágenes. En 2007 abrí Enfocando.es un blog de fotografía en el que he volcado fotos, vídeos, comentarios, análisis y consejos con el afán de compartir mi experiencia sobre la fotografía. Actualmente soy el director general de la empresa que fundé en 1997, Territorio creativo.

Hay 8 comentarios

#1 Fernando Maciá Domene enviado el 01.02.14 #2:06 pm

Querido Juan Luis: estos pasados días he tenido la oportunidad de visitar la excelente muestra fotográfica de Terry O’Neill que se expone en la Fundación Telefónica. En ella, explica que O’Neill llegó a la fotografía gracias a una «pequeña» réflex de 35 mm. a las que, en aquella época de cámaras de fuelle, se denominaba «miniatura». Estoy seguro de que a los profesionales curtidos de aquella época una réflex de 35 mm. les debía parecer un juguete barato que ponía al alcance de novatos el hacer fotografías. Y juzgarían que sin movimientos de objetivo y plano focal no se podía hacer fotografía «seria». La tecnología ha avanzado mucho y cada vez se pueden lograr mejores resultados con cámaras más simples. Tal como yo lo veo, esto pone al alcance de cada vez más gente los medios suficientes para captar imágenes de calidad con menos complicación técnica y sin necesidad de grandes inversiones en caras cámaras y objetivos. No veo nada de malo en ello. Una buena fotografía requiere, ante todo, de un «ojo fotográfico» y si además acompaña la técnica, mejor que mejor. Yo mismo empecé en la fotografía profesional con una enorme Sinar P2 con respaldos de hasta 13×18 cm. y evidentemente no se puede lograr ni con la mejor réflex el resultado que se podía lograr con esa cámara en determinados escenarios: estudio, luz de flash controlada, tiempo para ajustar exposímetro y movimientos de cámara, etc. Pero está claro que pocos estamos dispuestos a viajar como Ernst Haas con una cámara de fuelle a cuestas por mucho que sus fotografías de Yosemite sean prácticamente inimitables con una réflex, ya que los movimientos de cámara permiten una sensación de espacio que la inclinación de una réflex comprime y estropea. Personalmente, prefiero viajar cada vez con menos peso y llevo lo estrictamente necesario. Al final, la mejor cámara es, justamente, la que tienes a mano para captar «esa» escena en «ese» momento.

#2 Juan Luis Polo enviado el 01.03.14 #8:58 am

No puedo estar más de acuerdo, Fernando. De hecho yo tampoco veo nada malo en más prestaciones en menos peso, pero a cada generación le toca ver en diferentes ámbitos, como la herramienta sobre la que ha construido su hábito, cambia a un ritmo casi frenético.

Y la clave es adaptarse y hacerlo con una sonrisa. Y ese es en realidad el tono de mi entrada.

Feliz año 2014 y mucho éxito con ese libro que acabas de publicar ;)

#3 Alberto Honing enviado el 01.04.14 #2:28 am

Despues de un día agotador, es un placer leer esta entrada.

La fotografía ha perdido «la magia» y seguro que alguien ya me estará mirando mal. Sí, la magia del revelado, cuando a partir de un bańo químico, como por arte de magia, aparecía una imagen. Yo aún recuerdo ese día. Se ha perdido eso, sin más, ahora el plato se nos presenta cocinado e inmediato.
Ya no tengo que esperar, ni mucho menos ir al restaurante. Le doy a la máquina y busco el botón «cocinar pollo al horno» y lo hace. Y cada 6 meses sale un nuevo modelo más barato y que lo hace mejor.
Oiga usted, entonces ¿ya no tengo que cocinar? No, usted mete el pollo le da al boton y listo.
Tenemos la tecnologia pero estamos perdiendo el conocimiento. Nuestros abuelos no tenian la tecnología pero sabían cocinar, sin tener la tecnología sabían tambíen conservar.

Quizá este ya divagando, demasiadas preguntas, quizá nostalgia, al final, creo que una buena fotografía es lo que nosotros hemos querido proyectar en ella, de nuestra propia experiencia. El resto, son ceros y unos.

Un abrazo

#4 Miquel González Page enviado el 01.10.14 #9:59 pm

Queridos «reyes majos»:

Quiero, en primer lugar, daros las gracias por haberme regalado cuando era pequeño, lo que mis padres pidieron para mi.
Quiero agradeceros que ese primer o segundo regalo fuese fabricarme un impermeable a prueba de modas, resistente a la superficialidad y a prueba de «lo nuevo por lo nuevo»… Ah!, y también completamente impenetrable por las campañas publicitarias de «lo veo, lo quiero, lo tengo».
Cada día que he vivido, lo confieso, me he ido sintiendo más feliz por buscar tozuda y permanentemente aquello que tiene valor, aquello que cuesta aprender, aquello que no quiero olvidar, todo lo que no tiene valor de mercado, porque creo que las cosas que valen la pena en la vida son precisamente las que NO se pueden comprar.
Ese primer regalo llegó a calar tan hondo en mi, que me ha hecho fuerte como una roca, aunque no tan «inmóvil». Sigo queriendo y esforzándome por aprender cada día de los que saben. Sigo admirándolos y eso me aporta paciencia y perseverancia para poner en juego mi mejor voluntad y disciplina con el objetivo de, primero imitarlos y, cuando sé lo suficiente, intentar mi marca personal, mi propio estilo, mi sello autobiográfico, profundo, basado en la constancia y en la superación que solo puede lograr el interés, el esfuerzo y la evolución del aprendizaje.
Por eso, «reyes majos», os quiero pedir, para este año que comienza, un solo regalo que, además, y haciendo una excepción, NO es para mi, sino para toda la humanidad… ¡¡¡ VALORES !!!
Por supuesto que no me refiero a valores de los que cotizan en bolsa, sino a aquellos que pertenecen a lo que antes, los viejos llamaban «escala de valores».
Con solo ese regalo, una buena parte de la humanidad, creo firmemente, llegará a darse cuenta de que la rapidez, la velocidad, la tecnología por sí misma, los avances que no tienen tiempo de sedimentar, las novedades que «alejan al ser humano de ser humano», los «veo, quiero, tengo»… NO SIRVEN PARA NADA. Sencillamente porque no consolidan nada, porque no enseñan nada, porque no aportan ningún valor perdurable, porque tal como aparecen se ven superados por otra cosa que lo hace mejor y más rápido, porque no estimulan la profundidad del saber ni la comunicación interpersonal, porque no sedimentan ningún conocimiento, porque en el fondo, no hacen evolucionar sino aislarse más y más.
Para mi, tan solo os pido salud y tiempo. Tiempo para seguir aprendiendo, para seguir encontrando pequeñas ventanas horarias para visitar y admirar la obra de quienes saben, de quienes han trabajado antes de comunicar el fruto de su esfuerzo, para mantener el contacto y la infantil admiración por quienes reflexionan por sí mismos y para todos.
Y por favor, si no podéis regalarme nada de lo que os pido, y como ejemplo, entre muchos, dejadme la oportunidad de seguir leyendo las reflexiones de fotógrafos como Juan Luis Polo, viendo sus fotos y reflexionando con él, para llegar a la conclusión, quizá por mi mismo y ojalá no siendo el único trasnochado soñador, de que la buena fotografía, la de verdad, sea con el instrumento que sea, NO MORIRÁ NUNCA.

Muchas gracias, «reyes majos», por haberme hecho un poco pasado de moda.

#5 FotografiaBogota enviado el 01.21.14 #2:22 am

Hola Juan luis polo. Primero que todo un saludo muy cordial de parte de Fotografiabogota desde Bogotá – Colombia, he leído con calma lo que escribes y lamentablemente es así… hoy todo el mundo tiene la suerte de tener una cámara en sus manos ya sea en su celular, en una compacta, semi, o profesional, pero ya todos gozan y disfrutan de hacer una fotografía… pero pienso yo que las hace diferentes…muchas cosas, en particular la calidad, pero lo que se debe gozar de una fotografía es lo que ella te trasmite, en muchos casos yo no gozo de una fotografía como lo hago de la música, pero hay ocasiones en donde encuentro una fotografía que me encanta, y nada que hacer la comparto la disfruto la pongo de fondo de pantalla me la gozo al máximo.

Y eso es lo que tenemos que hacer los fotógrafos gozar de la fotografía y compartirla con los demás :) no importa que no hayas estudiado o que solo tengas un celular para tomar una foto, lo importante es compartir con las demás personas la vida, porque solo hay una.

Un saludo desde Bogotá – Colombia

Visíta nuestra página de fotografía profesional http://www.fotografiabogota.com

Los mejores deseos.

#6 Lucia Rigoni enviado el 04.22.14 #10:23 pm

Totalmente cierto;

Quizás no tenga muchos años de experiencia en esto de la fotografía, pero me sentí identificada con este post, pues mi primera cámara reflex, fue una sony slt35 con la que aprendí y di mis primeros pasos, si bien es cierto no era de la mejor calidad actualmente extraño muchísimo su ligereza y practicidad para moverme con ella y llevarla a todos los lugares, algo que actualmente sacrifiqué.

Saludos

#7 Juan Luis Polo enviado el 10.13.14 #11:56 am

«Y por favor, si no podéis regalarme nada de lo que os pido, y como ejemplo, entre muchos, dejadme la oportunidad de seguir leyendo las reflexiones de fotógrafos como Juan Luis Polo, viendo sus fotos y reflexionando con él, para llegar a la conclusión, quizá por mi mismo y ojalá no siendo el único trasnochado soñador, de que la buena fotografía, la de verdad, sea con el instrumento que sea, NO MORIRÁ NUNCA.»
Miguel Gonzalez Page

Miguel, como sabemos ambos, te debía una reflexión a tu completa aproximación a la fotografía que hacemos los más «viejos» del lugar.

Y será un reflexión rápida basada en lo vivido nuevamente en estos meses después de escribir esta entrada.

Alguien me apuntaba hace un tiempo, qué es lo que ha cambiado de manera imparable desde el advenimiento de la tecnología, la mayor calidad de vida y los tiempos que vivimos: el margen con el que se consiguen las recompensas.

Hace no tantos años, ir al cine nos lo teníamos que ganar. Hacer los deberes en casa, ayudar a nuestra familia, ser buenos y atentos con los abuelos… una serie de acciones, ligados a valores humanos en comunidad, que nos permitían ganar la recompensa a nuestro esfuerzo para vivir acorde a esos valores.

En la fotografía, como en muchos otros ámbitos, el mecanismo de haluros de plata, culpable de recoger lo que veíamos, tenía también que ser traído a la vida, tras un tiempo de trabajo para conseguirlo. No veíamos la foto hasta que teníamos la película revelada junto a nosotros.

Eso hizo que tuviéramos que saber de antemano que podíamos conseguir. Y que aprendiésemos a usar con los ojos cerrados la tecnología, bastante mecánica, de las cámaras disponibles a nuestro alcance. Pero sobre todo esperábamos con impaciencia y emoción la llegada del carrete, expectantes por el resultado final.

Hoy en día la tecnología junto a la mejora de nuestras condiciones de vida en general, ha hecho que la recompensa sea inmediata. Atrás quedó la magia y la emoción por el resultado que obtendríamos.

Ahora basta con disparar y ver. Y esto se ha llevado entre otras cosas, la capacidad para analizar y aprender de lo que hacemos. Es una especia de borrachera en la que cuanto más disparamos y conseguimos, más nos vale con lo que obtenemos, menos nos interesa parar y reflexionar.

En todo caso, ante este panorama de fotos «sélficas» y sobrecarga de efectos pre-programados, más que nunca mirar, ver, disparar y reflexionar rinde beneficios.

El beneficio del crecimiento personal como creadores, capaces de hacer fotos que no dejan indiferentes. Lo que vemos alrededor, no sólo deja indiferente, si no que en la mayor parte de los casos, delata incapacidad ;)

#8 Jesus Cisneros enviado el 09.02.15 #2:29 am

Llegar a los 60 años de vida en esta época, me ha traído la ganancia de vivir las dos épocas de la fotografía: La de carrrete y la digital. Pero el objetivo sigue siendo el mismo. Para mi la fotografía es dejar un recuerdo de mi en esas personas que veo en la lente y se graban en la memoria, ya sea esta de papel de revelado o ahora en la memoria electronica del disco duro.
Desde que recogi el gusto de la fotografia cuando se volvió digital y con ello su abaratamiento, pues este hobby por lo regular lo tomamos aquellos que no hacemos de esto un modo de vivir, lo he dedicado a tomar memorias de la familia, amigos y aquellos a los que mes proporciono un poco de felicidad al ver imágenes como nosotros decimos en una «buena fotografía» y no en una selfie o foto del ipad, pues es verdad que la curva de aprendizaje es lenta pero reconfortante al ver poco a poco la diferencia de la técnica.
Basicamente, en cada fotografia que tomamos dejamos un poco de nuestra vida en esas memorias que serán después lo único que quede del contacto que tuvimos por un instante con el mundo que nos rodea. Asi que cuando el niño que esta en la foto le digan : esa foto te la tomo tu tío, abuelo, amigo, etc.
Asi que arriba corazones, como decimos por acá, que siga latiendo, mientras corre la vida.

Escribe un comentario