Una reflexión sobre la belleza.

Ta Prohm, Camboya.         © Alberto Honing

Ta Prohm, Camboya. © Alberto Honing

Cuando tengo la ocasión de viajar, suelo comprar postales en mi lugar de destino. La razón es obvia, siempre gustan a la familia y dan testimonio de tí.
Suelo elegir una puesta de sol o un lugar pintoresco y colorido. Generalmente, nos gusta ver en imágenes la belleza de la realidad, es algo natural.

¿Quién no encuentra irresistible una puesta de sol?

Elegir una postal es un buen ejercicio, ayuda a tomar decisiones, qué lugares visitar, costumbres, trajes típicos, cuales son los puntos de vista más fotografiados de un monumento o localización. De un vistazo, te llevas bastante información.
No obstante, siempre mi guía de viaje es la Lonely Planet.

Lograr que una imagen tenga buen aspecto es uno de los propósitos de cualquier fotógrafo y es cuando viendo postales, te das cuenta de que existe una globalización por el gusto de la belleza, una belleza comercial.

Batavia, Jakarta.                  © Alberto Honing

Batavia, Jakarta. © Alberto Honing

Para mí la belleza está en todos los sitios y baste tratar de un modo refinado temas en principio desechados como puede ser la pobreza, los desastres, los conflictos e incluso la muerte. La propia crucifixión de Jesús nos ha sido representada a lo largo de toda la historia del arte. Crear una imagen bella a partir de un objeto no necesariamente atractivo, es el gran reto del fotógrafo.

En la cultura occidental siempre se ha buscado la perfección, la armonía, las proporciones, el orden, la simetría, la unidad. Gran legado de los griegos.

Enmanuel Kant en su Crítica del juicio consideró la belleza como un valor positivo. Leonardo da Vinci, sentó las bases de la proporción aurea o proporción divina en El hombre de Vitruvio, donde demuestra que el hombre replica proporciones habituales en la naturaleza.

En la cultura oriental, la belleza no tiene que ser necesariamente perfecta, un concepto esencial de la cultura japonesa es el wabi-sabi .

¿Qué valores nos aporta el wabi-sabi?

Representa exactamente lo opuesto al ideal de belleza occidental. Es un término indefinible y algunos críticos japoneses opinan que necesita mantener sus cualidades misteriosas y elusivas.
De su estudio etimológico wabi proviene del verbo wabu que significa lanquidecer, desdicha, pobreza, amargura; sabi resulta del verbo sabu que significa hacerse viejo, soledad, proximidad de la muerte, el anhelo de lo vivido. Y no en sentido peyorativo sino buscando su virtud.

El wabi-sabi es un termino antirracional, no busca lo espectacular, lo duradero o lo majestuoso, trata de lo efímero, de la evanescencia, lo sútil, lo oculto, un concepto de belleza que reside en la modestia, lo imperfecto, lo rústico, incluso decadente. Intenta alterar la conciencia. Las imágenes wabi-sabi son una estética existencial con cierto sabor agridulce. No trata de flores maravillosas, paisajes inmaculados ni estados de eclosión y exuberancia de la naturaleza.

Delhi, India.                        © Alberto Honing

Delhi, India. © Alberto Honing


El fotógrafo Irving Penn, famoso por sus retratos para Vogue, realizó entre 1967 y 1973 una seríe de fotografías de flores siguiendo un particular sentido de la belleza sin estar “atado al convencionalismo de que las flores se deben fotografiar en el momento de máxima perfección …. Probablemente perciba mi preferencia por las flores que ya no se encuentran en su momento de perfección, cuando comienzan a marchitarse y a aproximarse de nuevo a la tierra”.

¿Acaso no es justo cuando el sol toca el horizonte y se acerca el anochecer el momento del día más hermoso?

Susan Sontag en Sobre la fotografía escribía “fábricas sombrías y avenidas atestadas de vallas publicitarias adquieren la misma belleza ante el ojo de la cámara que iglesias y bucólicos paisajes”.

Vistas de ruinas en estado de abandono, desmoronadas por el paso del tiempo son atractivas, siempre que no haya cierto caos o no hayan sido destruidas por actos vandálicos.

Praga, República Checa.    © Alberto Honing

Praga, República Checa. © Alberto Honing

Texturas oxidadas, paredes desconchadas, madera carcomida, en general, ciertos tipos de decrepitud imprimen carácter a nuestras fotos siempre que esa sensación de imperfección no insulte a la naturalidad.

Tanizaki en “El elogio de la sombra” decía: “contrariamente a los occidentales que se esfuerzan por eliminar radicalmente todo lo que sea suciedad, los extremo-orientales la conservan valiosamente y tal cual, para convertirla en ingrediente de lo bello”.

;-)

Hanói, Vietnam.         © Alberto Honing

Hanói, Vietnam. © Alberto Honing

Si llegaste hasta aquí, he conseguido una parte de mi objetivo. Espero que tu visita sea ilustrativa, amena y te estimule a tomar fotografías. Me presento: soy Alberto Honing. En este punto, se deduce que debería hablar de mí, de mis comienzos, de mi formación o de una experiencia laboral. Hablar de exposiciones o de concursos ganados. Quizá lo haga en otro momento, lo tendré en cuenta y lo anotaré para que no se me olvide. Mi única intención es, en primer orden, mostrar mis fotografías. Pero además, ofrecer tutoriales de cómo mejorar las fotografías. Explicar determinados conceptos nada claros para neófitos de la fotografía. Un lugar donde compilar otras web-sites importantes. Las novedades en el mundo de la fotografía, exposiciones y otras curiosidades. Un lugar donde divulgar mis experiencias y conocimientos y, un lugar donde, sobre todo, compartir esta gran afición, tan apasionante como preciada. Empecemos a trabajar.

Hay 4 comentarios

#1 Juan Carlos enviado el 06.21.15 #9:15 am

Magníficas fotos y comentarios muy adecuados. Me parece una muy buena idea que el que se inicia en la fotografía, aunque lleve muchos años haciéndolas, tenga un foro en donde llegar a comprender ciertos aspectos técnicos y emocionales que le ayuden a hacer buenas fotos como consecuencia de un buen conocimiento y no de una pura casualidad.
Gracias
Juan Carlos

#2 Alberto Honing enviado el 06.24.15 #2:37 am

Muy agradecido por tu visita y tu comentario.

Voy a permitirme un parráfo a la introducción de Zen en el arte del tiro con arco : «Para ser un verdadero maestro del tiro de arco, no basta dominio técnico. Se necesita rebasar este aspecto, de suerte que el dominio se convierta en arte sin artificio, emanado de lo inconsciente».

Hablaré de técnica, pero como bien dices, hay otra parte emocional, no son matemáticas, invito a la reflexión sobre la fotografía, para luego liberarte y olvidarte de lo primario, pensar sin pensar, intencionadamente perder la intención y, como no, estimular de alguna manera a seguir tomando fotos.

;-)

#3 Revelartfotografia - Fotoclub de Menorca enviado el 07.09.15 #7:19 pm

A veces la belleza es tan típica que pierde su encanto. Siempre nos dejamos guiar por las típicas fotos, por las típicas situaciones. Es verdad que está socialmente admitido determinadas de estas imágenes o instantáneas. Pero, para mí, un buen fotógrafo es aquel que busca algo diferente. Que choca con los estereotipos, y que al final él se convierte en uno. Ese es el fotógrafo de verdad. Al menos hay que intentarlo.
Muy buen artículo.

#4 Alberto Honing enviado el 08.07.15 #11:23 am

Estoy de acuerdo contigo, hay que luchar contra los estereotipos aunque desde el momento en que una imagen logra ser distinta y todos quieren copiarla, también se convierte en un estereotipo. Muchas de las imágenes que en su momento fueron distintas hoy son imágenes estereotipadas.
Hay que atreverse a lo diferente y ser el primero, que nuestra fotografía destaque sobre el resto.

;-)

Escribe un comentario