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5 razones para usar el mínimo equipo fotográfico…

La bóveda fantástica. Leeds, Inglaterra, 2009 – Nikon D700, 14-24 f2,8, ISO 1600, f8, 1/320

¿Por qué deberíamos concentrarnos más en nuestra capacidad y menos en nuestro equipo? Cuando se es aficionado a la fotografía, tarde o temprano uno se ve atraído por el más potente de los cantos de sirena: la necesidad de comprar, renovar o ampliar nuestro equipo fotográfico. Es la típica situación en la que «él que esté libre de pecado, que tire la primera piedra». Pero leyendo el artículo que publica Steve Berardi en PhotoNaturalist uno vuelve a reflexionar sobre cuanto de necesario es el nuevo equipo, tan atractivo siempre, para consolidarnos como un buen fotógrafo. El autor desgrana unos puntos sobre los que argumenta el título de partida:

1.- La visión es mucho más importante que el equipo:

¿No os ha pasado que alguien vea una foto nuestra y diga «vaya cámara que tienes»? Es frustrante hasta cierto punto que alguien vea una foto nuestra y se fije en la cámara, o piense sobre ella, antes que la verdadera habilidad tras una imagen bien realizada, que no es otra que la visión del fotógrafo capaz de hacer posible la foto. La cámara sólo estaba allí para permitirnos plasmar nuestra visión.

2.- Menos equipo significa menos peso en la espalda:

No sé cuál será vuestra experiencia, pero la mía es que cada año que pasa, menos peso es mejor. El problema de cargar con los fantásticos objetivos que las marcas nos venden como imprescindibles para conseguir esta o aquella imagen, es indudablemente que suelen ser los más pesados y los más caros. Sin embargo, otro mundo es posible: probad a salir con una cámara y un sólo objetivo. Es sorprendente lo poco que nos limita la mayor parte de las veces

3.- Un importante ahorro de dinero:

No me gusta entrar en este terreno, porque soy de la opinión de que cada uno es libre de gastar el dinero en aquello que le place. Dicho esto, es verdad que la fotografía, sobre todo la basada en las marcas principales y sus equipos reflex, son un pozo sin fondo a la hora de gastar.

4.- Nos obliga a sacarle todo el partido al equipo que ya tenemos:

Esto es clave: todo el equipo nuevo que compremos no suplirá ni una sola de las carencias que tengamos en los aspectos más básicos para fotografiar: visión, composición, comprensión del color… En realidad estos aspectos deben abordarse sin una cámara en la mano. Hay que hacer muchos deberes primero, para que cuando el equipo llegue a nuestras manos le sepamos sacar todo el partido, no sólo a nivel técnico.

Aprender a sacar todo el partido al equipo que tenemos es una asignatura pendiente en muchas ocasiones (y yo me incluyo entre los primeros). Pero mejorar nuestras ideas y creatividad, viendo muchas fotos y analizándolas, es prioritario.

5.- Menos equipo significa que hay espacio para otra cosas:

Si no llevamos tanto equipo fotográfico, ganamos espacio para otras cosas que lo mismo son interesantes llevar…

En fin unas reflexiones basadas en el sentido común más habitual, que conocemos y valoramos, pero sobre el que en ocasiones es conveniente insistir. Aunque sólo sea para que distingamos necesidad real de necesidad inducida por los efectivos equipos de marketing de las marcas ;-)

Vía | PhotoNaturalist

»Categorías: Opinión

Preparando el equipo para un viaje muy especial a Jordania…

La última vez que estuve por allí fue en diciembre de 2006. Mucho ha llovido desde entonces. Pero las ganas de volver a viajar a un destino como Jordania siguen como el primer día. A estas alturas uno deja allí buenos amigos. Esta vez el viaje va buscando un lado profesional, más que lúdico. Una buena idea surgida con otra empresa nos lleva a realizar un viaje buscando mostrar otra manera de promocionar un país. Pero esta historia la conoceréis en breve.

Escuchando la historia nabatea. Petra, Jordania diciembre 06 – Canon 400D, 10-22 ef-s, ISO 800, f 5,6, 25 s, trípode

¿Qué llevarse a un viaje de estas características? por supuesto me refiero al equipo fotográfico y accesorios. Empecemos por el principio:

¿Qué cámara? en mi caso, sin dudarlo, una reflex digital. En esta ocasión será una Nikon D700. Una cámara pesada, sólida y robusta, con un comportamiento a ISO alto que pone los pelos de punta. ¿No sería mejor llevar una cámara compacta, ligera? Venga ya: uno se va a un país a 4.000 km de distancia, con miles de lugares para fotografiar ¿y se va a dejar el mejor equipo en casa?

¿Un segundo cuerpo? deseable y recomendable. Ya sería mala suerte que la cámara principal te juegue una mala pasada y te quedes sin hacer fotos desde el primer día. Así que es muy recomendable llevar un segundo cuerpo. Si estás en Nikon, una D40 o una D60 son muy recomendables. Si quieres un poco más de juego, una Nikon D90, que además te permitirá grabar vídeo, ya que estamos… En mi caso la elección es la D90

¿Objetivos? siempre viajo con un superangular y un telelobjetivo, básicamente el 14-24 f2,8 y el 70-300 VR. Entre medias algún 50 luminoso. En esta ocasión posiblemente un 24-70 f2,8. Y sí, entre todo suma un peso considerable, pero repito: una semana para capturar lo mejor de un país, obliga a llevar el mejor arsenal.

¿Tarjetas y almacenamiento? en total unos 10 GB en tarjetas. A todas luces escaso para una semana de trabajo. ¿Opciones? se abren básicamente dos: un disco duro externo tipo Epson P3000 o un netbook. Lo fascinante es que ambos vienen costando lo mismo y sin embargo con el segundo, tienes un ordenador de verdad que te permite más cosas que sólo descargar las fotos y ya. Yo tenía un P2000 que vendí. Ahora posiblemente lleve un netbook, tipo Medion o similar.

¿Vídeo? el vídeo se lo tengo encomendado a una Xacti HD700, un juguete realmente curioso, que se guarda en cualquier sitio, no ocupa ni pesa y todavía te permite traer un vídeo digno a 720P.

¿Trípode? nunca sin mi trípode. Lección aprendida años atrás en mi primer «Petra by night»: «sin trípode no hay paraíso», parafraseando a la conocida serie de televisión. En mi caso un Manfrotto 190 con rótula. El trípode lo meto en la maleta y a volar a su destino. Una vez allí, viaja cerca y a mano en el coche o en autobús.

¿La bolsa ? ah, la bolsa: la colección de bolsas que poseo es comparable a de los bolsos que las mujeres llegan a acumular al cabo de los años. De bandolera, pequeñas, grandes, varias mochilas… ninguna es perfecta, aunque yo he optado por un modelo de KATA que no está nada mal: la rucksack DR-467: permite llevar un portátil junto con el resto del equipo fotográfico. Pero cuando llego a destino, suelo llevar una bolsa de bandolera que te permite acceder más rápido al equipo. Una Lowepro Reporter 100 en concreto.

Estas son en resumen las opciones que yo manejo cuando salgo de viaje. Si la fotografía es lo tuyo, planifica con antelación el equipo y las decisiones a tomar y ante la duda, echa a la mochila más equipo que menos. Será una semana dura en el sentido de la cantidad de equipo a llevar, pero estarás a punto para todas las oportunidades que se puedan ir presentando.

Jordania: fotografiando en el centro de Amman (2)

El simpático chico del restaurante Hashem, Amán, Jordania diciembre 06 – Canon 400D, 10-22 efs, ISO 1600, f 5, 1/60

Comer en Jordania es barato. En el centro histórico hay varios sitios para comer, restaurantes tipo «tasca» que diríamos en España. Tal vez uno de los míticos es el Hashem, donde se puede degustar un «hummnus» y «falafel» casero y cenar muy bien, por apenas 3 euros al cambio. Y como se puede ver en la foto, la simpatía de los que lo atienden es patente. Si pides permiso te dejarán fotografiarles y posarán orgullosos. En estos casos, ten la cámara preparada: ISO alto y prioridad de apertura, para que la cámara elija la máxima velocidad posible.

El creador de perfumes, Amán, Jordania diciembre 06 – Canon 400D, 10-22 efs, ISO 1600, f 4,5, 1/30

Cuando uno pasea por las calles del zoco en Amman, puede encontrarse todo tipo de vendedores. Éste prepara perfumes a la medida y los mezclará hasta conseguir el perfume que el cliente quiere. El puesto está en la calle, con lo cual la situación es todavía más chocante. Una vez más un equipo poco intrusivo, pedir permiso y apurar la posibilidades de la cámara. Y por cierto, salvo exigencias de alto contraste, mejor sin flash.

La tienda de los egipcios, Jordania diciembre 05 – Canon 350D, 17-55 efs, ISO 800, f 6,3, 1/30, flash integrado

No deja de sorprenderme cada vez que viajo a Jordania la cordialidad de la gente, para mí es el rasgo más destacado. En cada lugar puede haber un rato de conversación con los vendedores. Los dueños de la tienda en la foto, egipcios, posan encantados después de una breve conversación.

La Ciudadela, Amán, Jordania diciembre 05 – Canon 1Ds 2, 17-40L, ISO 160, f 11, 1/250s.

Una visita a la Ciudadela Omeya de Amman es obligada. Cualquier momento es bueno, pero la caída de la tarde tiene un toque especial. Esta foto está hecha en el peor momento: mediodía. Aún así se le puede sacar partido. El uso de un angular me parece determinante a la hora de añadir interés a este tipo de fotos.

Estoy preparando un nuevo viaje a Jordania. Os contaré que tipo de equipo me llevo en esta ocasión y las posibilidades que voy buscando

Jordania: tras los pasos de Lawrence de Arabia (2)

Dinastía Real Jordana. Amman, Jordania diciembre 05 – Canon 350D, 17-40L, f6,3, 1/80s

La primera vez que tuve ocasión de viajar a Jordania fue en el año 1998, a raíz de un viaje cuyo destino principal era Israel. En aquella primera ocasión consistió en una breve y esporádica visita a Petra y al Wadi Rum. Sin embargo era el primero de muchos otros viajes.

¿Cómo es Jordania? desde el punto de vista físico es un país más bien pequeño, apenas 700 km de norte a sur. Lindando con Siria al norte, Israel al oeste e Irak y Arabia Saudí en el este y el sur. Tiene una salida al mar rojo, exigua y compartida con otros países, en la zona de Aqaba. Un país sin petróleo, lo que ha marcado su modo de vida, donde el turismo se ha convertido en una fuente de ingresos económicos importantes.

¿Cómo es la gente? Su gente es muy amable diría yo. Típico de la cultura árabe, basada en la acogida y la hospitalidad hacia el forastero, Jordania es además un país más occidental que la media: si lo comparamos con Siria, Irak o Irán, su población es más abierta en la forma de entender sus propias costumbres y las de quienes les visitamos. Especialmente simpáticos con los visitantes españoles, por lo demás.

Fiesta en el desierto en honor del grupo español. Amman, Jordania diciembre 05 – Canon 350D, 17-40L, ISO 800, f4, 1/30, flash integrado.

¿Merece la pena visitar el país? la respuesta es un sí rotundo: desde un punto de vista turístico es un lugar muy atractivo, desde el punto de vista del fotógrafo viajero, tendremos innumerables oportunidades de fotografiar gente, lugares, actividades típicas, en definitiva costumbres y situaciones muy alejadas de nuestro entorno habitual.

¿Qué equipo llevar? va en gustos, pero en mi caso personal cuando viajo llevo bastante equipo:

  • uno o dos cuerpos reflex: en el pasado una Canon 1Ds2 y una 400D que aparte de servir de backup en determinados momentos, me permite llevar montadas y listas dos ópticas diferentes y de esa manera evitar tener que cambiar objetivos de continuo. De agradecer en situaciones donde las oportunidades pasan de angular a teleobjetivo rápidamente.
  • objetivos: en mi caso un zoom angular y uno tele cubren todas mis necesidades; por ejemplo, un 17-40 y un 70-300. Lo que cae entre medias, suele interesarme poco a nivel de composición. En todo caso un zoom compacto que cubra 24-85 o similar, para situaciones tipo «boda», puede estar bien. Y si queremos rizar el rizo, una óptica luminosa tipo 50 1.4 o 85 1.8 para fotos con poca luz.
  • un flash: cuando viajo prefiero en la medida de lo posible utilizar luz ambiente, así que se suele quedar en la maleta, pero siempre lo llevo de viaje
  • un trípode: me he resistido durante mucho tiempo, pero al final lo llevo conmigo. Hay fotos que no se pueden hacer sin él, simplemente. Pondré ejemplos.
  • almacenamiento: ¿cómo guardar todas las fotos que vamos haciendo? para un viaje en torno a 7 días, tendremos que contar con un buen número de fotos realizadas. Así que tendremos básicamente tres opciones: a) llevar abundancia de tarjetas b) utilizar un disco duro autónomo c) llevar nuestro portátil. Cada una de ellas tiene ventajas e inconvenientes: pero tengamos en cuenta que yo he llegado a llenar un disco duro de unos 40 GB a la mitad de su capacidad sin grandes complicaciones. Se dispara mucho cuando estamos por ahí. En mi caso me decanto por el disco duro autónomo: permite descargar fotos en cualquier momento y revisarlas cómodamente mientras vamos en el autobús, por ejemplo.

Vendedores de alfombras. Mádaba, Jordania mayo 05 – Canon 1D mkII, 17-40L, ISO 200, f6,3, 1/125s.

¿Y la electricidad? básica a la hora de alimentar nuestras variadas baterías: pues sin grandes problemas en los hoteles. Utilizan el modelo de enchufe de tres patillas británico, así que es conveniente llevar adaptadores desde España. Se pueden pedir en los hoteles pero mejor no complicarse. En los hoteles más modernos, los enchufes son como los que tenemos aquí. Pero es bueno llevar algún adaptador.

Continuaremos con los preparativos en la siguiente entrada…

Jordania: tras los pasos de Lawrence de Arabia (1)

La inmensidad del Wadi Rum a la caída de la tarde, Jordania diciembre 06

Viajar a un país diferente al nuestro es tal vez uno de los mayores alicientes que existen para coger una cámara y hacer fotos. Yo comencé a viajar de manera regular allá por el año 1997, a raíz de mi colaboración con profesionales del sector turismo y el primer destino fue Yemen. Todavía recuerdo el contraste tan brutal que tuve cuando conocí ese país, medievo en estado casi puro.

Jordania ha sido con diferencia el país al que más veces he viajado, en siete ocasiones en total. Hasta el punto que reconozco haber dejado amigos en ese país. Uno de los efectos colaterales es mi actual archivo fotográfico del mismo muy amplio porque siempre he acudido con una cámara.

¿Cómo es Jordania para fotografiar? ¿es un país amable, fácil para el viajero? ¿qué puedo esperar de mi viaje? Esas y otras preguntas serán las que trataré de dar respuesta desde este blog, sin más ánimo que el de compartir mi experiencia.

Inauguro así una serie de posts dedicados a Jordania y que si la constancia me lo permite, dará paso para otros que se centrarán en la fotografía de viaje. Porque viajar «es un placer, pero para un aficionado a la fotografía, es una oportunidad única ;-)

El equipo fotográfico: por qué tanto dinero

Cantidades ingentes de dinero, en eso se traduce en muchas ocasiones el equipo fotográfico. No sé como es posible, pero pudiendo hacer fotos con una compacta de 200 euros, uno termina gastándose más dinero del que se puede reconocer.

Este es un hobby fascinante, pero sabiamente orquestado por los fabricantes de cámaras y equipo, el mensaje que el aficionado recibe suele ser «tus fotos no avanzan porque no tienes el equipo adecuado». Venga ya: mis fotos no avanzan porque no presto atención a cada foto que hago, porque no la desmenuzo y porque es más fácil pensar que la foto no es atractiva porque me falta tal o cual objetivo, cámara o lo que sea.

No os dejéis engañar: la fotografía, como escribir o hablar, pasan por un entrenamiento. Y la base del entrenamiento es el cerebro, no los megapixeles. Ser un «geek boquiabierto» por la tecnología, te hará reverenciar ésta o aquella cámara, pero no que hagas mejores fotos. No confundamos la herramienta con los resultados.

Así que una recomendación de alguien que «sólo» lleva 25 años haciendo fotos: hazte con todos los libros de fotografía que puedas, mira por internet todas las fotos que te gusten y aprende a analizarlas, a desmenuzarlas, a descubrir que las hace diferentes, que hace que te gusten. A partir de ahí ya tienes mucho avanzado.

Equipo sí, pero con moderación.