Malta: retratos en el mercado de Marsaxlokk
3 enero 2011 | Publicado por Juan Luis Polo
Fíjate que pez. Marsaxlokk, Malta – Nikon D3s, 24-120 VR, ISO 800, f11, 1/320 – © Juan Luis Polo
Marsaxlokk, pueblo pesquero de impronunciable nombre, es uno de los más típicos que se pueden encontrar en un recorrido por Malta. Y es imprescindible planificar una parada en él, sobre todo si os coincide con el mercado que se celebra allí. El pueblo es pequeño, lleno de rincones pintorescos pero yo destacaría la decoración y construcción de sus barcas típicas conocidas como Luzzu y Kajik. Pintadas con colores muy vivos, son fotogénicas por definición.
Pero donde se pueden encontrar los mejores momentos, es cuando te sumerges entre los puestos de venta, sobre todo los del pescado. Las oportunidades de conseguir retratos únicos están garantizadas.
Pescado en estado de revista. Marsaxlokk, Malta – Nikon D3s, 24-120 VR, ISO 800, f11, 1/50 – © Juan Luis Polo
Me llamó la atención que la tarea respecto del pescado estaba claramente divida en sexos: los hombre pescan y son las mujeres las que se encargan de vender las piezas en el mercado. También me llamó la atención lo curtidas que estaban las mujeres que allí trabajaban. Denotaban años de trabajo y a pesar de ello mostraban simpatía con los visitantes.
Realizar fotos a personas en un espacio tan angosto, requiere de un acercamiento previo y habitualmente hay que pedir permiso. No me lo negaron en ningún momento, al contrario. Con todo si decides tomar fotos, trata de ser lo menos intrusivo posible y eso requiere llevar la cámara a punto, tener claro cuál es la escena y haber previsualizado como hacer la foto. En la fotografía de reportajes, hay que tratar de llevar la mayor parte de los deberes hechos, de lo contrario se escaparán buenas oportunidades.
Redes humanas. Marsaxlokk, Malta – Nikon D3s, 24-120 VR, ISO 560, f7,1, 1/250 – © Juan Luis Polo
En definitiva un lugar muy interesante Marsaxolokk, por los motivos a fotografiar y por poder pasear por el mercado del pescado, que ya es una experiencia en sí.
La aproximación de Inés, una de mis compañeros de viaje, a Marsaxlokk | Mis viajes por ahí