Un encuentro con la fotografía: Galle y el monje.
16 noviembre 2017 | Publicado por Alberto Honing
El fuerte de Galle, al sur de Sri Lanka, es una ciudad de gran belleza por la gran cantidad de edificios coloniales holandeses que hay y por estar rodeado de agua por tres de sus lados, no en vano ostenta el título de Patrimonio Mundial por la Unesco.
Fort, como se conoce a esta ciudad bastión, fue un puerto importante en el siglo XVII y sirvió de escala durante más de 200 años a barcos europeos en su ruta por Asia.
Con más de 400 casas históricas, iglesias, mezquitas, templos y otros tantos edificios gubernamentales, esta pequeña ciudad dentro de otra ciudad, es un deleite para los sentidos y un lugar donde descubrir gratas sorpresas por cualquiera de sus rincones.
Puede uno pensar que con un escenario así, no tiene que ser difícil hacer buenas fotos, que la inspiración irradia en cada esquina y que tan sólo es cuestión de plasmarlo en nuestra cámara.
Pero a veces nuestra localización, a pesar de ser un paisaje muy bello, se nos queda demasiado grande como para poder comprimirlo en una fotografía. ¿Acaso no os ha pasado que la imagen que recordais de vuestro paisaje es sublime frente a la misma fotografía tomada en dicho paisaje?
Encontrar la inspiración, esa tarea ardua de cualquier artista, por pequeño que sea, es lo que resulta de una búsqueda interior que se nos revela en el exterior. A veces, inconscientemente, las fotografías que queremos tomar ya las tenemos hechas en nuestra mente. Y es entonces, cuando encontramos la inspiración, conectamos nuestros sentidos con el mundo exterior. A veces son nuestros sueños, otras son nuestras experiencias, nuestra experiencia visual y otras veces son los mundos imaginarios que nos ha evocado la lectura de un libro.